viernes, 30 de septiembre de 2011

La "Travesía Inconclusa del los "ex -gay"

Días pasados me llegó un correo electrónico de mi amiga paraguaya Esther Baruja (que actualmente vive en Chicago con su esposa Katy) donde gentilmente me pasaba el archivo de audio de una de las charlas sobre “Sanidad Emocional, Relacional y Sexual” (léase sanidad de la homosexualidad), que el ministerio “ex –gay” Restauración de la ciudad de Córdoba viene realizando en diferentes círculos evangélicos. En esta oportunidad le había tocado a la ciudad de Asunción.
Si bien en el pasado tuve acceso a algunos materiales de difusión de este ministerio de raigambre fundamentalista, ésta ha sido mi primera oportunidad de escuchar la grabación de una de las disertaciones de su director, el “ex – gay” argentino Mauricio Montión.
Lo primero que me llamó la atención fue el cambio en la tónica del discurso de Mauricio que hace algunos años proclamaba haber sido liberado de la homosexualidad al punto de contraer matrimonio con una mujer (!) -como si eso fuese sinónimo de heterosexualidad. Pero ahora Mauricio ha comenzado a hablar de su propio testimonio como de un “proceso” que continúa día a día “hacia la meta de la sanidad absoluta que va a suceder cuando vea al Señor cara a cara” es decir según sus palabras recién se consumará su sanidad completa en la otra vida y lo mismo ocurrirá con todos aquellos que en su transitar terrenal tampoco pudieron liberarse de sus atracciones homosexuales a pesar de su fe en un Dios que todo lo puede y que según se predica en la mayoría de las iglesias evangélicas cuando interviene en la vida de las personas lo hace en forma cabal y completa.
El director de este ministerio se está haciendo eco del mismo cambio que la organización madre, Exodo Internacional viene realizando en su propio mensaje desde hace algunos años como consecuencia del fracaso de sus promesas fraudulentas. Antes se decía que la fe en Cristo sumada a la voluntad de cambiar era suficiente para “dejar” de ser homosexual (que no es lo mismo que convertirse en heterosexual). En esa dirección el título de uno de los libros de Andrew Comiskey, el ex – gay norteamericano que más ha visitado la Argentina rezaba “Como Dios Sana al Homosexual”. Claro que en términos generales siempre se habló de un proceso que demandaba cierto tiempo pero en el nuevo discurso ese proceso parece abarcar toda la existencia al punto que la “sanidad” sólo se producirá en el cielo.
De inmediato me surgió el deseo de conocer cuales serían en todo caso los pequeños logros de ese proceso que Montión un tanto descaradamente denomina “travesía inconclusa”. Si la sanidad implicara reemplazar la atracción hacia las personas del mismo sexo por las del sexo opuesto resulta un tanto difícil entender cuales pueden ser esos logros. ¿Acaso la persona irá sintiendo día a día un poco menos de atracción homosexual? Y en tal caso ¿cómo lo evalúa? …¡Pero si hasta el mismo Montión admite que ese proceso no incluye la desaparición de los deseos homosexuales y su reemplazo por la heterosexualidad! . Por lo que conocemos de esos ministerios el proceso sólo involucra equiparse y fortalecer el carácter para poder luchar contra esas atracciones que consideran pecaminosas y perversas. Una lucha que se prolongará durante toda la vida y en la cual de vez en cuando suelen aparecen “algunas grietas” producto de la debilidad humana o del “acoso satánico” que el disertante indentifica con “ciertas capas que oscurecen la imagen de Dios”. ¿Se referirá a las recaídas? ¿o las recurrentes fantasías homosexuales que nunca desaparecen?
El nuevo discurso ex –gay tiene como destinatario la “homosexualidad indeseada” que suele experimentar la mayoría de los creyentes evangélicales. ¡Pero como no va a ser indeseada si les inculcan que la Biblia condena la homosexualidad en todas sus formas y que las relaciones entre personas del mismo sexo son una abominación que les cierra las puertas del Reino de los Cielos!
Justamente quienes recurren en busca de ayuda son creyentes muy vulnerables que desean convertirse en heterosexuales porque desde esos mismos ministerios les hacen sentir terriblemente mal amenazándoles que si no cambian se irán al infierno. Se les inculca la falsedad de que las personas homosexuales no pueden ser felices y que el “estilo de vida homosexual” según lo llaman, solamente conduce a la muerte y a la destrucción. Su discurso pretende convencer a todos que las personas homosexuales son inevitablemente desordenadas, promiscuas y adictas al sexo mientras que la posibilidad de una vida sexual ordenada y digamos cristiana parece estar ausente de su diccionario “ex –gay”. Mauricio pareciera creer que el “estilo de vida homosexual que adoptó” antes de conocer a Cristo caracterizado por el abuso sexual, toda clase de excesos e insatisfacciones y baja autoestima unidos a una relación problemática con su familia y su padre son el denominador común de todos los gays incluyendo aquellos que nacieron en un hogar cristiano y reprimieron su sexualidad durante largos años como sucedió conmigo y tantos otros. En esto radica uno de los graves errores de su discurso pues no todas las personas homosexuales han atravesado por ese tipo de situaciones traumáticas y mucho menos los gays y lesbianas cristianos que fuimos criados en el seno de hogar donde se creía en Dios y se enseñaba la Biblia. Mi historia personal y la de cientos de creyentes que pasaron por CEGLA es prácticamente la misma: casi todos fuimos educados en el seno de familias sólidamente constituidas con padres ejemplares y temerosos de Dios. ¡Y salimos homosexuales!
Montión no deja de insistir que Dios tiene un diseño único para nuestra sexualidad que es el modelo heterosexual. Si tu orientación es homosexual entonces quedás excluido o excluida de ese modelo y de la bendición de enamorarte, amar a otro, relacionarte afectivamente y si se da transitar la vida juntos. Justamente lo que Dios quiso para la humanidad ellos te lo quitan basándose en un par de textos bíblicos de la creación a los que le dan una interpretación, un peso y un alcance que no tienen.
En definitiva según el mensaje del ministerio Restauración quienes sufren de una homosexualidad indeseada no tienen esperanza en esta vida más que luchar contra sí mismos, reprimir su propia naturaleza sexual, sufrir mucho y si son capaces casarse con la persona que no desean (y hacerla infeliz) . No tengo dudas de que esto no es lo que Dios quiere para ellos. Al menos yo no creo en un Dios sádico que nos da el don de la sexualidad para felicidad de nuestras vidas y luego nos dice que no es para nosotros. Tampoco creo en un Dios que se complace en tu desdicha y que es incapaz de operar para cambiarte si tu sexualidad –DE LA CUAL NO SOS RESPONSABLE- estuviese fuera de su diseño y del plan para tu vida.
Si Mauricio Montión y todos los líderes del movimiento ex –gay pudieran tan solo comprender que ningún texto de la Biblia condena o desaprueba el amor responsable y comprometido entre personas del mismo sexo, su ineficaz ministerio dejaría de tener sentido y todos esos gays y lesbianas creyentes podrían disfrutar la bendición de la verdadera sanidad que consiste en aceptarse tal como son y aceptar el amor incondicional de Dios aquí y ahora.
Contradiciéndose a sí mismo el disertante concluye alentando una y otra vez a la audiencia “ Dios te va a sanar….Dios te va a sanar”. Claro que en la otra vida y para colmo de males los cristianos no creemos en la reencarnación.

jueves, 7 de julio de 2011

Los Peligros de la Educación Sexual





Cuesta comprender que la educación sexual siga siendo un tema áspero de discusión que cuenta con la oposición de muchos sectores del ámbito de la religión que no entienden que se trata de un imperativo para que –entre otras cosas- no siga creciendo la maternidad adolescente, los más jóvenes no se sigan contagiando enfermedades de transmisión sexual, siga habiendo chicas que creen que en su primera vez no pueden quedar embarazadas, el aborto clandestino deje de ser la principal causa de muerte materna que además afecta principalmente a adolescentes y jóvenes, y para que no siga habiendo toda clase de abusos sexuales especialmente en el seno de muchas familias.
Y ni que hablar de la homosexualidad que en muchos sectores aún sigue siendo un tema tabú y motivo de burlas incluso en programas de radio y TV mientras los adolescentes gay o lesbianas siguen mirándose en el espejo de una cultura machista y homofóbica que los obliga a encerrarse en el armario con el consiguiente sufrimiento y angustia que esto les inflige, amén de la pérdida de años preciosos donde el jovencito transita los primeros pasos de su vida y de su identidad sexual que en los adolescentes homosexuales se convierte en un déficit que mas tarde suele jugarle en contra de diferentes maneras por haber saltado etapas y experiencias necesarias. Incluso la falta de modelos diferentes a la norma heterosexual. Muchos de ellos ni siquiera tienen dónde encontrar información que les brinde respuestas a sus interrogantes.

Sin lugar a dudas la educación sexual es totalmente necesaria. Pero surge una cuestión que nos preocupa sobremanera. En un reciente artículo de su autoría, el periodista Bruno Bimbi narra el caso de una profesora de la materia Psicología de la Educación en un instituto de nivel terciario enseñando a su alumnos por ejemplo que “una mala resolución del complejo de Edipo puede causar una perversión o una homosexualidad” (sic). Que “la homosexualidad, si bien no se considera actualmente una enfermedad, está claro que no es algo natural” (sic) Y que tiempo atrás había tenido un alumno “que era amanerado pero creo que finalmente no se hizo homosexual, no sé, jajaja”. La profesora también habló de la necesidad de la figura paterna lo que hizo que algunas madres le preguntaran si sus hijos podían “volverse homosexuales” porque el marido estaba poco en la casa.
Tampoco es raro escuchar mensajes contradictorios en los medios de comunicación, por ejemplo cuando se habla –y con frecuencia- de la homosexualidad como “opción” de vida o como “elección” aún de la boca de ciertos gays mediáticos famosos.



Confusión, ignorancia y prejuicios. Si es así, estamos en problemas…



Quienes tengan que pararse en un aula para enseñar educación sexual a los chicos y chicas necesariamente tendrán que tener conocimiento del asunto. En primer lugar ellos mismos tienen que haber recibido educación sexual o haber sido debidamente instruidos objetivamente sobre el tema.
Si como señala Bimbi, conseguimos torcerle el brazo a los señores obispos y a algunos sectores fundamentalistas evangélicos y finalmente hay educación sexual, habrá que tener sumo cuidado para que los profesores y profesoras no enseñen barbaridades como las de la anécdota mencionada.


¿En el Ministerio de Educación se habrán puesto a pensar en esto? ¿En manos de quiénes está la formación docente?

sábado, 17 de julio de 2010

Matrimonio Igualitario

El 14 de julio de 2010 ha sido un día tremendamente especial porque muchos argentinos -entre los cuales me incluyo- sentimos que nuestra dignidad fue finalmente reconocida por el estado y por gran parte de la sociedad que es consciente de la importancia fundamental de la igualdad de derechos que tienen todos los seres humanos.
Pertenecemos a una minoría que durante siglos fue despreciada y vituperada por el poder del oscurantismo, la ignorancia y la incompasión, obligada al mismo tiempo a llevar un estigma de vergüenza y autodespecio que nos condenó a esos espacios de frustración y desesperanza que conocemos con el nombre de “closets”.
El derecho al matrimonio que tanto esperábamos resulta ser un triunfo de la igualdad y de la democracia. Sin embargo por encima de ello tiene un potente valor simbólico que nos hace sentir que somos reconocidos por primera vez en nuestras vidas como personas dignas y honorables.
En la madrugada del 15 de julio estuvimos presentes con mi compañero de hace 15 años acompañando a una multitud que también esperaba frente al Congreso de la Nación donde se reunían los miembros del Senado que votarían la ley.
Cuando finalmente se anunció que había sido aprobada por mayoría, nos inundó una alegría inimaginable y una sensación que no puedo describir, que sigue presente con igual intensidad y que seguramente no menguará.
¿Podrán comprender lo que sentimos todas aquellas personas que con tanto fervor mostraron su oposición recurriendo con frecuencia a argumentos torcidos y con una ostentosa falta de conocimientos acerca de nuestra realidad como personas homosexuales? Pienso que no, y me apena, ya que se trata de personas que se reconocen como cristianas y que dicen hablar de parte de Dios. Mientras ACIERA -por ejemplo- lo siga pensando en términos de libertad vs. libertinaje, como lo ha expresado recientemente, no podrán haber puentes de entendimiento.
Como en tantas ocasiones a lo largo de la historia auguraron la destrucción del matrimonio, de la familia y hasta de la civilización. Y como siempre ocurrió, nada cambiará sino que por el contrario traerá gran felicidad a muchas personas entre las que también me incluyo.
Como reza un artículo publicado por Prensa Ecuménica de Argentina, “este es un triunfo de la sensatez humana” donde el matrimonio y la familia serán revalorizados y fortalecidos, pues ¿podría ser de otro modo? cuando con tantas ansias lo esperamos para atesorarlo como nuestro especialmente en tiempos en que cada vez más heterosexuales lo están esquivando.
Como bien dijo la Senadora María Rosa Díaz, lo que no cambia, se estanca y muere.
Marcelo Sáenz
En la foto Marcelo Sáenz junto a Marco. Marcelo y Marco están juntos desde hace 15 años cuando quien llegaría a ser fundador de Cegla pudo aceptar que Dios lo amaba y aceptaba como varón gay después de más de 20 años de luchar contra su homosexualidad. Como tantas otras parejas constituidas, ahora podrán formalizar su matrimonio en forma legal.

martes, 20 de abril de 2010

Reflexión: quienes van delante

Les aseguro que los recaudadores de impuestos y las prostitutas van delante de ustedes hacia el Reino de Dios…


Estas palabras que a veces nos chocan, fueron dichas por Jesús en el evangelio de Mateo dirigiéndose a las personas “religiosas y respetables” que probablemente quedaron espantadas al oírlas.
Las mismas siguen inmediatamente a la parábola de los dos hijos: uno que dijo que si al pedido de su padre, pero que luego no lo hizo, y el otro que dijo que no, pero que luego lo hizo (Mt 21:28-31). Pareciera que las prostitutas y los cobradores de impuestos son aquellas personas que abiertamente se niegan a ser obedientes a las normas y a las reglas, pero que luego obran con justicia, como tantas veces enfatiza Mateo en su evangelio: justicia y compasión.
Que obran de acuerdo a la justicia (al contrario de los religiosos y respetables) queda de manifiesto por su fe y lealtad a Juan, que les enseñó el camino de la justicia a pesar de su mala apariencia y de su mensaje y prácticas contrarios a la norma. Mientras que los religiosos y respetables rechazan a Juan a pesar (o por causa de) las respuesta hacia él de parte de las personas de mala fama de Judá. Son como aquellos que profesan hacer lo que Dios les pide, pero sustituyendo el llamado a la justicia y la misericordia por el legalismo.

Parece correcto suponer que la preferencia sobre los respetables y religiosos nos dice que el Reino de Dios da prioridad a los marginados y a los vulnerables, y que en todo caso Jesús está criticando a los piadosos por su presunción de privilegio y por sus pretensiones de superioridad en el conocimiento de la ley de Dios.

En el evangelio de Lucas no encontramos estas palabras de Jesús, pero nos presta dos ejemplos de sensibilidad de corazón, el de una prostituta y un cobrador de impuestos (7:36-50 y 19:1-9).

En lo personal, prefiero contarme entre los vulnerables, los humillados, los marginados y los despreciados sexuales. Que el Señor me encuentre entre los que buscan la misericordia y la justicia.

lunes, 16 de noviembre de 2009

El fanatismo que nubla las mentes

El pasado jueves 5 de noviembre tuve la oportunidad de asistir a la segunda reunión para el tratamiento del proyecto de ley de matrimonio homosexual en el Congreso de la Nación. Temprano por la mañana se realizó un desayuno de trabajo con la presencia de Pedro Zerolo, el líder español que fue artífice de la ley de matrimonio en España, y alrededor de las 10.30 hs fuimos conducidos al recinto, donde varios disertantes propuestos por diferentes diputados realizaron diferentes ponencias, unas a favor y otras en contra del proyecto. Entre las que estuvieron en contra, la que más me impresionó fue la del psicólogo (trucho) evangélico Lic. Diego Sauan. Por un lado porque su tono y estilo pusieron en evidencia una profunda homofobia subyacente. Por otro, y esto quizá es lo más grave, porque en su discurso este señor distorsionó y tergiversó datos a su conveniencia con la intención de mostrar que la homosexualidad es una condición indeseable que puede revertirse por medio de terapias apropiadas, cintando al NARTH, una organización pseudo-científica norteamericana que lucra con esta clase de tratamientos.
Mi indignación fue tal que al día siguiente escribí una carta dirigida a la diputada evangélica Cynthia Hotton que fue quien propuso a este disertante.

Diego Sauán pertenece al grupo de “especialistas” del discurso “ex –gay” de Argentina, una de cuyas pioneras, la Dra. Mabel Borghetti también estaba presente en la sala junto con un jovencito muy exaltado que la acompañaba; probablemente un nuevo “ex –gay” público, ya que según todos los que lo observaron parecía ostensiblemente homosexual en su aspecto y modales: uno de esos “convertidos” a los que Dios no pudo cambiar su aspecto exterior gay. La señora Borghetti guardó siempre su compostura, mientras el joven no perdió oportunidad para festejar una por una las frases que tendían a despreciar a las personas homosexuales o distorsionar nuestra realidad, lo cual me pareció singularmente patético, haciéndome perder definitivamente todo respeto por esta gente que no son más que personas fanáticas religiosas incapaces de reflexionar acerca de lo que sostienen como verdades absolutas. En ese momento vino a mi memoria un pastor bautista que antes de llegar a CEGLA pasó por los ministerios Exodo de Buenos Aires. La directora del ministerio insistía a este pastor –que ahora vive en los EE.UU. para que la acompañe dando testimonio de su cambio (un cambio que en realidad no existía, según el mismo nos confesó).

Justo en estos momentos estoy abocado a la traducción de un libro testimonial escrito por Jeremy Marks, líder fundador de la rama de Exodo en Inglaterra que después de una década de tratar de “curar” homosexuales tuvo la valentía de parar y tomarse un tiempo para reflexionar acerca de la eficacia de esta clase de ministerios. En relación a esto, Marks dice que “la capacidad de una autocrítica honesta y confiable por parte de los líderes ex –gay es prácticamente inexistente” y que “sus intenciones pueden ser buenas pero su mensaje totalmente falso”: la orientación sexual de las personas no se puede cambiar. “No se dan cuenta que son guías de ciegos”
En otra parte, el lider ex – ex –gay dice que “Lo más terrible de nuestros años dentro del ministerio ex –gay ha sido la búsqueda de una justicia impregnada por una mentalidad tan fundamentalista que resultó ser un cáliz ponzoñoso que trajo muerte en lugar de vida y destruyó la fe de muchos en lugar de hacerla crecer en Cristo. Al darnos cuenta de nuestra mendacidad, sólo nos quedaba arrepentirnos por ello”.
(Para conocer más acerca del ministerio Courage dirigido por Jeremy Marks recomendamos visitar el sitio www.courage.org.uk)

martes, 21 de abril de 2009

Pulso Cristiano

En su edición del mes de Marzo, Pulso Cristiano preguntó a sus lectores si "un homosexual declarado puede ser miembro de una iglesia evangélica". Encontre dos respuestas, ambas llenas de prejuicios y desconocimiento. Como es mi costunbre enseguida me apresté a compartir mi experiencia. Debo confesar que no tenía muchas expectativas de que fuera publicada (pues por norma esta clase de sitios suele evitar las opiniones que no comparte) pero no, afortunadamente fue publicado. ¡Bien por Pulso!


Aqui el texto de mi carta:



¿Por qué se plantea esta cuestión? Sin lugar a dudas porque se supone que la Biblia desaprueba las relaciones homosexuales. ¿Pero es realmente así? Sin duda son muy pocos los que se han permitido cuestionar responsablemente este asunto, tal como me pasó durante 20 años desde que me percaté que mi orientación sexual era “diferente”, a pesar de que había nacido en un hogar cristiano, crecido dentro de la iglesia evangélica, aceptado a Cristo desde niño y ni siquiera jamás hubiese pensado en ser homosexual. Después de tantos años creyendo que podía “cambiar”, cosa que nunca aconteció, pude saber que no era el único cristiano al que le sucedía esto, y más aún por la gracia de Dios pude descubrir algo antes impensado: Que la Biblia no condena las relaciones responsables de amor y compromiso entre personas adultas del mismo sexo. No fue inmediato, me fue necesario profundizar mucho en la exégesis de los textos bíblicos pertinentes. Por ejemplo 1 Corintios 6:9 donde según el pastor Varas (ver edición 131) “Dios revela que los homosexuales no entrarán en el Reino de Dios”. Como cristiano comprometido, jamás hubiese pasado por alto ese texto. Sin embargo hoy se que la traducción de los términos griegos que allí aparecen, ya sea “afeminados” (malakoi) o “los que se echan con varones” (arsenokoitai) no son sinónimo de “homosexual”. Se podrá discutir el significado de esos términos en un contexto académico, pero ningún erudito actual en Biblia honesto y sin prejuicios dará la razón al pastor Varas. Algo parecido sucede con otros pasajes. Contrariamente a lo que pensábamos, la Biblia no es clara respecto de la homosexualidad. Un estudio serio y profundo más bien nos muestra que los textos exclusivamente desaprueban todas aquellas conductas sexuales --obviamente también heterosexuales-- que se aprovechan o abusan de los más débiles, que explotan al prójimo, que hacen violencia, que son promiscuas, etc. es decir que no parten del amor sino del egoísmo y en consecuencia hacen daño no sólo al otro sino a uno mismo. Por esta razón existen unas cuantas iglesias y denominaciones cristianas que aceptan a hermanos y hermanas homosexuales en la comunión. Porque entienden que las Escrituras no los condenan, mientras vivan su sexualidad con dignidad. Más bien los incluyen como hizo Jesús con las minorías que le seguían compuestas mayormente por personas rechazadas y marginadas por la religión imperante. Afortunadamente en nuestro país podemos ser miembros de unas cuantas iglesias evangélicas históricas que nos reciben con sus brazos abiertos, como me ha sucedido con mi pareja de 13 años de relación. Si la orientación homosexual pudiese convertirse en heterosexual, tal como insisten muchos sectores de la iglesia, esta discusión podría ser eventualmente irrelevante. Pero no es así, mi propia experiencia y la de miles de cristianos homosexuales de todas partes del mundo lo pone de manifiesto a pesar de que los ministerios llamados ex - gays siguen proclamando expectativas falsas a personas muy desesperadas. Que quede claro que dejar de practicar cualquiera forma de homosexualidad, aún casarse y tener hijos, no significa que uno se haya transformado en heterosexual. Como dice el refrán, muy aplicable a estos casos, en la práctica el remedio es peor que la enfermedad. Sabemos muy bien que es así. El mayor desafío que se presenta hoy en cuanto a la discusión que se viene dando en varias partes del mundo, no radica específicamente en como compatibilizar la homosexualidad con ciertos pasajes de la Biblia que parecieran condenarla sino más bien en como reconciliar el rechazo, los prejuicios y la crueldad de la iglesia hacia los gays y lesbianas con el amor incondicional de nuestro Señor Jesucristo

Ing. Marcelo Sáenz

Coordinador General de CEGLA

Capital Federal

Biblia y Homosexualidad

LA SEXUALIDAD ES UNA PARTE MUY IMPORTANTE DEL SER HUMANO

Pienso que la mayoría de los cristianos estará de acuerdo en ello, pero cuando los creyentes comienzan a buscar pautas éticas de cómo deben entender y vivir la sexualidad, comienzan a surgir las discrepancias.
La mayoría de los cristianos, católicos y evangélicos cree que la homosexualidad es incompatible con su fe, especialmente porque entiende que la Biblia “claramente lo dice así”. Prácticamente todos nosotros crecimos creyendo que la orientación homosexual es una cosa mala y que los actos sexuales entre personas del mismo sexo son pecado.
Lo cierto es que casi nadie llega a cuestionar seriamente si esto es realmente así. Mientras tanto opinan con escaso fundamento sobre el tema y los que tienen algún liderazgo lo trasmiten así desde los púlpitos.
Sin embargo tenemos que reconocer que casi nadie está debidamente equipado como para cuestionar la enseñanza que ha recibido sobre la homosexualidad. Todos dependemos -en muchas áreas de nuestra vida-, de lo que nos han enseñado pues casi nadie tiene a mano la información, el tiempo y la preparación necesarios para cuestionar todo asunto a través de los fundamentos que lo sostienen.
En las últimas décadas, se ha venido dando un serio y profundo re-examen de los textos bíblicos que tradicionalmente se han usado para condenar la homosexualidad y muchos de quienes tuvimos acceso a ello, hemos sentido la responsabilidad de comunicarlo a aquellos hermanos y hermanas en Cristo que ignoran tal cosa . Cuestionar un asunto, implica en primera instancia admitir la posibilidad de que lo que uno ha aprendido puede no ser objetivamente correcto. Resulta imprescindible despojarnos de los prejuicios y preconceptos; un verdadero desafío a nuestras estructuras mentales.
Son muchísimos los creyentes con orientación homosexual que sufren las consecuencias de una interpretación exclusivamente “literal” nunca cuestionada de ciertos textos de la Biblia. Sufren específicamente porque en nombre de esos textos se les cierra la posibilidad de experimentar aquello en lo cual todos estamos de acuerdo: que la sexualidad es una parte muy importante de la vida del ser humano. No me refiero solamente al placer del sexo, creado por Dios para felicidad de las personas, sino particularmente a la necesidad que tenemos de relacionarnos afectivamente, de enamorarnos, de no estar solos, de encontrar un compañero o compañera para transitar juntos la vida.
Cuestionar algo comprende indefectiblemente la tarea de informarnos y reflexionar, contemplando todas las fuentes y procurando sopesar todos los datos que recolectamos a fin de arribar a una conclusión. La mayoría de las personas que me leen, probablemente conozcan una sola campana: la interpretación tradicional que sostiene que la homosexualidad en la práctica es desaprobada por Dios en las Escrituras. El proceso de cuestionamiento implicará indagar responsablemente sobre la otra campana. En tal sentido recomiendo comenzar con la lectura del material de CEGLA que denominamos “cuadernillo” el cual después de una introducción general, se extiende en la exégesis de seis de los textos bíblicos que tocan el asunto más directamente.
Más de uno se sorprenderá.